19.5.10

DESARROLLO Y EVOLUCIÓN HUMANOS

Los seres humanos somos naturaleza viva, como la naturaleza que nos rodea y los animales con los que la compartimos, incluidos nuestros queridos caballos.
Por su sensibilidad y porque nos perciben tal y como somos los caballos nos hacen de espejo. Así, el contacto con ellos nos facilita el darnos cuenta de nosotros mismos, de nuestra identidad. Podemos tomar conciencia de quienes somos a través de cómo conectamos con el mundo que nos rodea, con los caballos y con la naturaleza. Nos ayudan a darnos cuenta de cómo son nuestras sensaciones, nuestras percepciones, nuestras emociones y sentimientos, de cómo hacemos elecciones, de cómo actuamos con nuestro entorno y de cómo éste reacciona a su vez a nuestra forma de conectar con él.

En nuestra experiencia de contacto con los caballos y la naturaleza podemos vivenciarnos en lo instintivo, en lo personal y en lo espiritual, recuperando e integrando partes de nosotros que se mantenían desconectadas, permitiendo que nos acerquemos a nuestra esencia.

La forma en que conectamos y nos relacionamos con nuestro entorno (y con los caballos) es la manifestación de nuestra manera de estar en el mundo y de ello dependerá la dirección que tome nuestra vida y las experiencias que vivamos.
Al entregarnos a la experiencia con el caballo, éste nos lleva de la mano hacia un estado inherente en él: la PAZ. Este estado de paz nos eleva más allá del bien y del mal, más allá de las polaridades y nos ayuda a trascender nuestro ego y a encontrar nuestra propia paz interna.

Cuando conectamos con nuestra esencia avanzamos en el camino de la conciencia y de la evolución humana, aumentando nuestra Salud y Bienestar.

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